La última comida del día es tan importante como el almuerzo y completa una dieta equilibrada. Para lograr que en casa todos tengamos unos buenos hábitos alimenticios y comamos de forma saludable, debemos planificar las cenas y diseñarlas en función de las comidas efectuadas durante el día.
El equilibrio dietético no se consigue tan sólo con la comida, aunque ésta supone cerca del 35% de la energía diaria que necesitan los pequeños. Es nuestra responsabilidad inculcar buenos hábitos alimenticios, que pasan por un consumo variado de alimentos y por el respeto de todas las comidas importantes, que incluyen el desayuno y la cena.
Debes tener en cuenta las raciones aconsejadas de los distintos grupos básicos de alimentos y la frecuencia recomendada, para satisfacer los requerimientos diarios de energía y nutrientes en la edad infantil. Si come bien, duerme mejor, algunos alimentos favorecen un buen sueño. En cambio, otros lo perturban y pueden ser la causa de que un niño no duerma todo lo bien que debería.
Se ha demostrado que nuestra dieta, lo que comemos a diario y las condiciones en las que lo hacemos, ejerce una influencia notable en la calidad de nuestras horas de sueño.
Los alimentos que favorecen un buen descanso:
• Están, el pan , la leche, los cereales, la miel, las patatas, la pasta, la lechuga, el aguacate, el pavo, el plátano,……
Los alimentos que no ayudan al buen descanso:
• Las cenas abundantes o muy especiadas.
• Las cenas muy ligeras que el niño, al cabo de unas horas, se despertará con hambre.
• Beber mucha agua
• El café, el té, el chocolate.
• Los espárragos, los embutidos, los quesos, los pimientos, las frituras….
Es aconsejable dejar transcurrir un mínimo de una hora y media entre la cena y la hora de acostar al pequeño, dependiendo de la cena que haya tomado.