A continuación te ofrecemos algunas sugerencias para calmar el hambre si que tu figura y tu salud se vean resentidas:
– Corta fruta y verdura. Guardalá en un recipiente en la nevera. Te resultará más cómodo si ya la tienes preparada. Lleva una pieza de fruta siempre en el bolso. Recurre a ella cuando tengas hambre.
– Las uvas pasas, los orejones de albaricoque, las fresas o los arándanos deshidratados, son sanas chucherías para picar y llevar siempre contigo. Te aportarán fibra y vitaminas.
– Prueba a mojar palitos de zanahoria o apio en una salsa de yogur o queso cremoso.
– Ten siempre a mano una bolsa de frutos secos: nueces, avellanas, almendras, anacardos,… Son una estupenda fuente de proteínas.
– Toma cereales en todas sus variedades: con leche, en forma de barritas energéticas o snacks, mezclados con yogur, con queso fresco. Come pan, tostadas, galletas o crackers integrales.
– Prueba a comer patatas hechas al horno. Suponen una gran alternativa frente a las patatas fritas. Si les dejas la piel, además tendrás un aporte de hierro.
– Mecla yogur desnatado o queso fresco con trozos de fruta, cereales o frutos secos.
– Decantaté por la tortas de arroz o maíz.
– Prepara brochetas de tomates cherry con bolitas de mozzarella o ensarta diferentes trozos de fruta o taquitos de queso con manzana o mango.
– Opta por los sandwiches caseros: pan integral, pavo, pollo, lechuga, tomate, manzana y las verduras que más te gusten.
– Elabora batidos con frutas naturales. Te aportarán vitaminas, proteínas y calcio.
– Y,… de vez en cuando, cometé una pizza o un helado.