Cuando tu bebé esté a punto de nacer, querrás que todo esté listo y bonito. Tenerlo todo a punto te dará seguridad; estar rodeado de detalles con gusto, también te hará sentir bien. De todo lo que compres los meses previos al nacimiento, una de las cosas más importantes será la cuna. Y antes de tomar una decisión debes saber cuáles son los requisitos para que una cuna sea segura.
La mayoría de las cunas que están actualmente en el mercado cumplen con los requisitos de seguridad obligatorio, pero si te la prestan, es importante que te tengas la certeza de que tu hijo duerme en una cuna segura.
Si las vas a estrenar, tómate tu tiempo para informarte y comprar y no dejes de preguntar cualquier duda que tengas.
Asegúrate de que la cuna por la que te decidas tenga algún sello de calidad además de cumplir requisitos como los siguientes:
•El espacio entre las barras: Las barras de la cuna no deben estar muy separadas. Esto es para evitar que el bebé pueda meter la cabeza entre las barras. La separación o abertura entre las barras no debe ser mayor de 6 centímetros.
•Altura de colchón ajustable: La mayoría de las cunas te permiten ajustar la altura del colchón. Es recomendable que bajes el colchón cuando tu hijo empiece a sentarse. Una vez que tu nene sea más activo, no querrás que se trepe en los barrotes y se caiga de la cuna.
•Solidez: Cuando vayas de compras, asegúrate que la cuna que te guste sea sólida. Si se tambalea o hace ruidos, es probable que no la hayan armado correctamente. O bien, podría ser una señal de que debes buscar una más resistente.
•Tamaño del armazón: En el interior de la cuna debe caber, bien ajustado, un colchón estándar de al menos 1,31 metros de largo por 70,5 cm de ancho. No deben caber más de dos dedos entre el colchón y los lados de la cuna.
•Versatilidad: Muchas cunas están diseñadas para convertirse en una camita para cuando tu niño sea más grandecito. Es importante que te asegures de que la transformación sea relativamente fácil de hacer y de que te guste la apariencia del nuevo mueble.
Especial atención merece también el tipo de colchón que escojas. Así como la temperatura, el lugar del dormitorio del bebé en el que coloques la cuna o la ropa de cama, que no debería se excesiva. Por ejemplo, los protectores acolchados que se ponen alrededor de la cuna, ya no son recomendables. Varias organizaciones, como la Academia Estadounidense de Pediatría, no los recomiendan ya que aumentan el riesgo de asfixia. La mayoría de los protectores acolchados reducen el flujo de aire en la cuna de tu bebé, lo cual se considera un factor que contribuye al síndrome de muerte súbita infantil.
Los accesorios para la cuna son toda una tentación; sin embargo, no siempre son seguros. Evita las decoraciones elaboradas que puedan romperse y causar que un bebé se atragante.