Los bebés suelen empezar a dar sus primeros pasos a partir del año de edad, aunque cada uno lleva su propio ritmo. Algunos se sueltan un poco antes, a partir de los 9 meses y a otros les cuesta un poco más, no llegando a andar libremente hasta los 15 meses.
Es un proceso que requiere su tiempo y desde los primeros pasitos, hasta que son capaces de andar sin ayuda de un adulto o sin sujetarse de un mueble, también puede pasar un largo tiempo.
Suele ser menos habitual que un niño de 18 meses todavía no haya aprendido a andar sólo, aunque también se da algún caso. En este supuesto, es recomendable consultar a un especialista que certifique que el niño no tiene ningún problema en los huesos, la cadera o en su habilidad psicomotriz.
También es habitual que los niños comiencen a gatear a partir de los 8 meses y conforme vaya descubriendo su propia movilidad y se sientan más seguros en sus desplazamientos, quieran empezar a experimentar con su cuerpo, se agarren a cualquier objeto para ponerse de pie y, poco a poco, quieran dar sus primeros pasos. Sin embargo, también hay niños que prefieren saltarse la etapa del gateo y por mucho que lo intentes, no consigas que den un solo paso de rodillas. No obstante, los especialistas señalan que esta fase es muy importante para empezar a coordinar los dos hemisferios cerebrales.
El gateo también lleva sus fases y notarás cómo al principio lo hace con inseguridad e irregularidad pero, en cuanto empieza a sentirse más seguro y experimenta la libertad que su movilidad le proporciona, perfeccionará su técnica y te sorprenderá lo rápido que puede ir.
Siempre resulta muy emocionante disfrutar de los primeros pasos que empieza a dar tu hijo o hija, es una experiencia muy importante tanto para ti como para el bebé. Los padres lo vivimos con mucha emoción e ilusión y, más tarde, te acuerdas de lo cómodo que era cuando estaban en sus cunitas. Del mismo modo que te hace mucha ilusión que aprendan a hablar y, cuando luego ves que no callan, casi te arrepientes de haberles enseñado ;-p
