– Borramiento del cuello uterino: en el cuello del útero podemos distinguir una vía denominada conducto cervical. Su tamaño es de 3 cm. Es, en este caso, cuando el progresivo acortamiento del conducto cervical provocado por las contracciones, se llama borramiento.
– Calostro: supone el precursor de la leche que se segrega inmediatamente después del parto. Sus características lo definen como viscoso, denso y de color amarillento. Es muy importante apuntar que contiene numerosos anticuerpos muy beneficiosos para el recién nacido. La producción de calostro dependerá de la estimulación de los senos por la prolactina (hormona lactógena).
– Canal de parto: es el conducto que atraviesa el feto desde el útero hasta el exterior.
– Cardiotocógrafo: se denomina así, al aparato que registra, al mismo tiempo, el latido cardiaco fetal y las contracciones uterinas.
– Cesárea: es aquella intervención quirúrgica que consiste en practicar una incisión en la piel del abdomen, los músculos y el útero, con el objetivo de extraer al bebé.
– Contracciones uterinas: supone la tensión eventual del músculo uterino, necesaria para la dilatación y posterior borramiento del cuello uterino. Se producen durante todo el proceso de gestación, siendo más intensas y regulares durante el trabajo de parto.
– Cordón umbilical: supone el nexo de unión entre la madre y el feto. Se haya constituído por dos arterias y una vena, protegidas de una sustancia gelatinosa. Su tamaño aproximado es de 50 cm. A través de él, se realiza el intercambio de oxígeno, anhídrido carbónico y sustancias nutritivas para el futuro bebé.
– Cotiledón: son los lóbulos en los que se divide la cara materna de la placenta.
– Cuello uterino: es la parte más inferior del útero; se haya situado en el fondo de la vagina. Su tamaño es de unos 3 cm.; así mismo, es fino y flexible.