Es normal que, cuando no se planea, el embarazo llegue en un momento no adecuado en la vida de dos personas (o de una de ellas). Esto puede provocar al principio alguna reacción de tipo ansioso y ciertas dificultades de aceptación de la noticia.
–Un aspecto importante que puede ayudar a aceptarlo es saber relativizar la situación, entendiendo que el embarazo supone cambios, no sólo físicos, sino también psicosociales, pero que pueden ser afrontados con optimismo, tranquilidad y sin exagerar las consecuencias.
–Hay que pensar que tener un hijo no implica un cambio drástico de vida(depende de como este la relación de pareja y si hablamos de pareja). En el fondo, es un periodo nuevo donde todo está por descubrirse. Hay que tratar de calmarse dentro de lo posible y ver todo lo positivo y lo negativo (aunque es feo pensar y hablar de cosas negativas cuando hablamos de un bebé, pero se sabe que muchas veces no se puede afrontar la realidad).