Las verrugas son unas lesiones cutáneas elevadas de superficie rugosa que adoptan formas variables y están causadas por el virus del papiloma humano. Se presentan en el 7-10% de la población infantil. La edad de mayor presentación oscila entre los 12 y 15 años de edad. Generalmente, se transmiten por contacto directo con lesiones cutáneas, aunque también pueden transmitirse de forma indirecta. La respuesta inmunitaria del niño parece tener un papel importante en el desarrollo de las lesiones. El periodo de incubación es de varios meses. Existen diversos tipos de verrugas, entre las que destacan:
- Verrugas planas: son pequeñas y apenas sobresalen de la piel. Su color es marrón o rosado. Se localizan sobre todo en la cara. Suelen desaparecer espontáneamente sin necesidad de tratamiento alguno.
- Verrugas plantares: Aparecen en las plantas de los pies y se localizan, sobre todo, en las zonas de presión. Suelen ser redondeadas y a veces son dolorosas.
- Verrugas filiformes: son alargadas y pequeñas. Generalmente, aparecen en los párpados, la cara o el cuello
Las verrugas en los niños son lesiones benignas que, casi siempre desaparecen sin ningún tipo de tratamiento al cabo de unos meses o años. Esto debe tenerse en cuenta a la hora de instaurar un tratamiento lo menos agresivo posible. Sin embargo, las verrugas que causan molestia, duelen o se multiplican rápidamente, deberían ser tratadas.