Las distintas fases del ciclo menstrual suponen la manifestación más evidente del juego hormonal en el organismo femenino. Un ejemplo de hasta qué punto su incidencia es determinante son los resultados de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Cornell (EEUU).
Tras analizar imágenes de cerebros femeninos tomadas antes, durante y después de la menstruación, se llegó a la conclusión de que la actividad del córtex frontal, asociado al control de las emociones, presenta mayor o menor actividad según el momento del ciclo, de lo que se deduce que el cerebro se «ajusta» a las fluctuaciones hormonales para, en la medida de lo posible, paliar los síntomas derivados de ello.
Esto explicaría por qué el síndrome premenstrual no afecta de igual manera a todas las mujeres (dependerá de la actividad cerebral de cada una).