La recomendación es clara: no hay ninguna dosis de alcohol segura en el embarazo. Hay que abstenerse por completo desde que se empieza a intentar el embarazo y durante los 9 meses.
Lee estos datos de interés de la Fundación Eroski:
- El alcohol atraviesa rápidamente la placenta y llega al feto.
- Como su organismo es inmaduro, tarda mucho en metabolizar el alcohol, por lo que su nivel en sangre es más elevado y permanece por más tiempo.
- La absorción de nutrientes como ácido fálico, zinc, hierro… se ve afectada por el alcohol.
- Las embarazadas alcohólicas o aquellas que han tomado excesivo alcohol (cinco o más copas) en ocasiones esporádicas, pueden tener hijos que presenten el síndrome alcohólico fetal (malformaciones físicas y retraso mental).
- El consumo moderado en la gestación también provoca daños en el cerebro fetal. Así, en la infancia, estos niños tienen mayores dificultades de aprendizaje.