Para que todo transcurra con normalidad, es bueno tener una consulta con tu ginecólogo, para que los cuidados del embarazo se inicien antes de que éste se produzca.
En la primera consulta, aparte de la revisión ginecológica habitual que permitirá descartar patologías que puedan repercutir en la gestación y necesiten ser tratadas previamente, se identificarán otros riesgos para el futuro embarazo:
— Se comprobará si existen defensas frente a la rubeola y, en caso contrario, se vacunará a la mujer siendo preciso, en este caso, posponer el embarazo tres meses en los que se utilizará un anticonceptivo eficaz.
–También hay que valorar, si se está tomando medicamento, su posible influencia sobre el feto y la necesidad, si fuera el caso, cambiar de tratamiento.
–Si existe una historia familiar o personal de enfermedades genéticas será el mejor momento para hacer las pruebas de detección.
–Por otra parte, se revisarán los hábitos tóxicos, tabaco, alcohol, café en exceso, drogas y se insistirá en su reducción o abandono.
–Las mujeres obesas deberán intentar perder peso.
–Además, se prescribirá un tratamiento con ácido fólico que permitirá prevenir algunos posibles defectos del feto.
–Si la mujer presenta una enfermedad, como puede ser una diabetes, hipertensión, problemas de tiroides o lupus eritematoso, es imprescindible el consejo del médico antes de iniciar un embarazo.
Hay que ser consciente de que el embarazo no se consigue inmediatamente después de haber tomado la decisión; es muy frecuente que pase un tiempo y es conveniente evitar un estado de ansiedad que sólo empeora la situación. Cuando se sospeche el embarazo hay que acudir a la consulta del médico, seguir sus consejos y realizar las revisiones y las pruebas que éste indique.