El colecho, conocido también como ‘cama familiar’ es una práctica a través de la cual los bebés duermen con los padres, la práctica del colecho es frecuente en algunas culturas del mundo.
¿Qué es el colecho?
El polémico colecho se practicó en muchos países de manera habitual hasta el siglo XIX, el abandono de esta práctica se debió a que en muchas viviendas se empezaron a tener más habitaciones (dormitorios) y así los niños contaron con un espacio propio.
En ciertas regiones del mundo se continúa con la práctica, las causas son muchas, entre ellas está el hecho de que se busca (simplemente) mantener al pequeño más caliente durante la noche.
En la actualidad se ha vuelto a ver un regreso del colecho dentro de la cultura occidental incentivada, en la mayoría de los casos, por quienes están a favor de la crianza con apego. El colecho, en estos casos, está considerado como una de las prácticas naturales para criar a los pequeños de forma saludable.
Precauciones para tener en cuenta a la hora de colechar
Desde diferentes organizaciones, como Unicef, AEP y OMS, brindan algunas pautas que se deben tener presente a la hora de colechar, muchas de ellas también son importantes para los niños que duermen solos. Te las enumeramos:
- Acostar al bebé boca arriba.
- Verificar que el pequeño no pueda rodar y caer de la cama.
- No utilizar almohadas, acolchados, cojines y muñecos de peluche.
- El colchón (de la cama o de la cuna) siempre debe ser firme y plano, nunca practicar el colecho en colchones de agua, ni en camas de tamaños reducidos.
- Evitar el error de cubrir la cabeza del bebé.
- Se desaconseja el empleo de edredones o habitaciones excesivamente calefaccionadas.
- No practicar el colecho si uno de los padres es fumador, mucho menos fumar en la misma habitación donde duerma un pequeño.
- Tampoco se debe colechar si se bebió alcohol, somníferos, drogas o medicación que pueda alterar el nivel de la conciencia y las reacciones o nivel de respuesta.
- No compartir la cama si alguno de los progenitores está enfermo.
- No dejar que las mascotas suban a la cama cuando esté el bebé.
Beneficios del colecho
Si leíste los consejos anteriores y llevas adelante todas las normas de seguridad el colecho puede resultar, según algunos profesionales, una manera positiva de integrar a los niños. En muchas culturas se ha tomado como una práctica común, aunque en nuestra cultura es considerada, por muchos, como una práctica inapropiada.
Entre los beneficios de colechar encontramos el hecho de que el pequeño podrá alcanzar su sueño más rápido, de forma tranquila, además se lo podrá amamantar más veces y por más tiempo que cuando duermen separados. De esta forma no sólo los bebés podrás dormir más y mejor sino que los padres podrán descansar mucho más.
Los bebés, seguramente, llorarán mucho menos durante la noche generando que el nivel de estrés típico en los primeros meses disminuya notablemente. Se podrá reforzar el vínculo afectivo entre el niño y sus padres, el sueño compartido se convierte en un facilitador para la interacción familiar.
Algunas investigaciones llegaron a demostrar que los bebés que practicaron el colecho cuando llegan a su adultez presentan menores problemas vinculados con el autoestima. También se ha demostrado que se puede evitar la muerte súbita, ayudando a que tenga una correcta evolución de su sueño.
Desventajas del colecho
Como todo en la vida existe un lado malo, muchos profesionales se han mostrado abiertamente en contra del colecho considerando que puede resultar muy perjudicial para el bebé. Entre sus observaciones se destaca que puede existir un riesgo elevado de asfixia o la posibilidad de aplastar, sin querer, al bebé.
Otros consideran que, como consecuencia de dormir con el bebé, la relación y el vínculo de la pareja se ve perjudicado, la intimidad ya no se dará de manera natural y esto terminará complicando la situación.
Si bien algunas investigaciones demostraron la parte beneficiosa de colechar algunos estudios también demostraron que los pequeños se vuelven algo intolerables a los movimientos y patadas de los padres, además de considerar una práctica muy poco higiénica.
Es muy importante no caer en ninguno de los extremos, siempre se deben tener en cuenta las necesidades de los bebés. Una buena medida es llevar al pequeño, durante el día, a su cuna o moisés, así se podrá ir adquiriendo confianza e interpretará que el lugar es seguro. Se puede permitir que el bebé se duerna sobre el pecho de su madre para después acostarlo en su cuna, a la mañana se lo puede volver a llevar a la cama para jugar un rato con los padres antes de levantarse, así el pequeño empezará a tener algo de independencia, sabiendo que tiene sus espacios propios y los padres podrán seguir conservando su intimidad sin perder la posibilidad de continuar reforzando los vínculos afectivos con sus pequeños.