Escuchar música está comprobado que es muy beneficioso para la salud. La música reduce el dolor ya que cuando la escuchamos liberamos endorfinas; reduce los niveles de estrés y ansiedad; reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial; mejora la capacidad de concentrarse; elimina la sensación de fatiga, cansancio, y estimula la productividad; nos relaja; nos mejora el estado de ánimo… En definitiva, cientos de beneficios. Durante el embarazo es especialmente recomendado escucharla tanto para la madre como para el bebé.
Hablar en voz alta, susurrar, acariciar la tripita, poner música… Establecer lazos entre el bebé y el mundo exterior cuando aún está en el interior del vientre materno. La música relaja al bebé (dentro y fuera del vientre materno) y les proporciona un bienestar similar a estar relajado. Los beneficios de escuchar música durante el embarazo no afectan a la inteligencia, la creatividad o desarrollo del niño, aunque sí sirve como un poderoso catalizador de emociones, estimulando la frecuencia cardíaca del feto y actuando como ‘sintonizador’ entre los latidos de la mamá, las voces y sonidos del exterior o su respiración.
Todos los sentidos, emociones y sensaciones que ellas experimentan al escuchar una música, estarán transmitiendo al bebé que espera. Si la música la deja feliz, el bebé también se sentirá feliz. El volumen no debe ser excesivamente elevado (se cree que el líquido amniótico puede amplificar sonidos) y procura no elegir composiciones con demasiadas notas discordantes. Debéis saber que el bebé no oye antes de los 4 meses de gestación.