Primera parte. Para los pequeños ha llegado el momento de hacer su dieta más variada; la presencia de frutas y verduras forma parte importante del aprendizaje del sentido del gusto en el niño. Es importante, pues, ir introduciendo nuevas frutas de forma progresiva, una cada vez.
Por ejemplo, puedes empezar a introducir en los biberones del bebé dos cucharadas de las frutas que te recomiende tu pediatra. Las más adecuadas para asociarse a la leche son las que no son ácidas, como el plátano, la pera o la manzana.
Es fácil darle a probar frutas exprimidas o licuadas en el biberón para que se vaya acostumbrando. En cualquier caso, no añadas azúcar a la fruta. Las frutas frescas contienen una importante cantidad de vitamina C, necesaria para el crecimiento y desarrollo del niño, para su energía, para la memoria y evitan que el niño contraiga varias enfermedades.
CUÁNDO COMENZAR A DÁRSELA: Te explicamos cuándo es el mejor momento para ir introduciendo cada tipo de fruta:
Frutas con hueso:
- Puedes empezar a introducirlas a partir del sexto mes en las papillas, con raciones de unos 30 g. Posteriormente, cuando empiece la dentición, puedes empezar a dársela troceada o entera.
- Es conveniente dárselas frescas, ya sea solas o combinadas con yogur o con queso fresco.
- Puedes preparárselas en zumo, licuadas o en mermelada.