En los niños existe un tipo de trastorno que se caracteriza por el surgimiento de “tics”, con movimientos y sonidos que aparecen y desaparecen. Es frecuente la utilización descontrolada de frases o expresiones fuera de contexto (obscenas o agresivas).
Se conoce como él: “Síndrome de Tourette”, los niños que lo padecen, aumentan sus síntomas entre los 9 y 13 años de edad. Una de las complicaciones psicológicas asociadas a los tics está relacionada con las consecuencias que estos tics tienen para el entorno: el miedo al ridículo genera en el niño sentimientos de vergüenza y de culpabilidad.
La víctima se autoinculpa por “hacer cosas malas”. Estas situaciones pueden derivar en una gran angustia que deprima al niño. Si los tics interfieren en la vida cotidiana de los niños, es necesario un tratamiento.
Si su hijo lo padece, es fundamental que como padres se informen acerca de este trastorno y que evite alentar al chico para que frene un tic. Puesto que los tics deben ser tratados por profesionales idóneos; un especialista en el tema.
Los chicos que padecen el “Síndrome de Tourette” también tienen trastornos por déficit de atención e hiperactividad, problemas de aprendizaje y trastorno obsesivo-compulsivo.
