¿Parto vaginal o parto por cesárea?

Estableceré una relación comparativa entre ambos tipos de alumbramiento:

a.- La recuperación tras una cesárea es más lenta que tras un parto vaginal.

b.- Con la cesárea se permanece en el hospital entre 4 y 5 días y, será necesario que pasen entre cuatro y seis semanas, para poder hablar de una recuperación completa. Sin embargo, cuando el parto es vaginal, sólo se permanecerá en el hospital dos días (salvo complicaciones no previstas).

c.- Por lo general, hoy en día la cesárea no acarrea complicaciones pero, en ocasiones, puede producir infección, sangrado en exceso y reacción negativa a los medicamentos que se utilizan para llevar a cabo esta operación mayor. Incluso puede no tolerarse la anestesia.

Nota: recordemos que los tipos de anestesia que se emplean en la cesárea son la epidural y/o raquídea.

La anestesia epidural

d.- Es importante destacar que el organismo también se ve expuesto a los efectos secundarios de la anestesia pues, se pueden producir lesiones en la vejiga, en los intestinos; coágulos en las piernas, pulmones u órganos pélvicos. La cesárea no deja de ser una intervención quirúrgica, con todos los riesgos que esto trae consigo.

e.- Tras el parto es muy poco frecuente que se produzca la muerte de la madre pero, es más probable en un parto por cesárea que en uno vaginal.

f.- Así mismo, el feto también se ve afectado por la anestesia aplicada a la madre: puede provocarle somnolencia o inactividad.

g.- Respecto a la lactancia materna comentaremos que, las posibilidades se reducen en los partos por cesárea. Pues la subida de la leche suele ser más tardía y el «vínculo madre-hijo» está menos presente que en el mal llamado «parto normal».

Y digo «mal llamado» porque las matronas y los tocólogos consideran ambos partos normales, solo que uno es «vaginal» y el otro no, el otro es «por cesárea».

h.- Conviene destacar que los partos por cesárea van asociados, en muchas ocasiones, al nacimiento de bebés «prematuros casi a término»; esto es, que nacen entre las semanas 34 y 36 de gestación.

Estos bebés tienen más probabilidades de padecer ictericia y complicaciones en el tracto respiratorio, aparato digestivo y control de su temperatura corporal.

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