Te ofrecemos 10 aspectos sobre el líquido amniótico que debes saber (primera parte)
1° Es agua con otras sustancias:
Es un filtrado del plasma materno que se empieza en la cuarta semana de embarazo. Es de color claro, y su salinidad, muy similar a la del agua marina. Aunque su composición cambia constantemente, en un 98-99 por ciento es agua, pero además cuenta con proteínas, enzimas bactericidas y células fetales, que son precisamente las que se estudian en la prueba de la amniocentesis (extracción del líquido) para saber si el bebé tiene alguna enfermedad cromosómica, como es el síndrome de Down.
2° Se renueva constantemente:
En la octava semana de gestación hay unos 50 ml. de líquido; en la 12, 80 ml. y al finalizar la gestación entre 11 y 1,200 l. El líquido amniótico entero se renueva cada dos o tres hora, alrededor de 50 ml. por minuto. Esa renovación se realiza a través de la piel, por la transpiración, del aparato digestivo y del genitourinario: tu bebé traga el líquido lo digiere y lo expulsa al orinar. Precisamente, gracias a esa renovación, cuando aparece en la bolsa una fisura que provoca una pequeña pero paulatina pérdida de líquido amniótico, las consecuencias no tienen por que ser graves si se mantiene a la madre en reposo, vigilada y con antibióticos.
3° Protege al feto de infecciones:
Tiene unas enzimas que son antibactericidas, es decir, luchan contra las bacterias que pueden dañar el feto y además proporciona inmunoglobulinas al bebé para reforzar su sistema inmunitario. De hecho, si cerca de la fecha probable de parto la madre rompe aguas de forma natural y en 24 hs. no se desencadena el parto, se provoca por el riesgo de infección que tiene el bebé tanto por la falta de líquido como por la rotura de la barrera defensiva que supone la bolsa.