El feto se desarrolla dentro del saco gestacional, el cual se encuentra lleno de líquido amniótico. Éste desempeña varias funciones importantes:
1. Ayuda a la fácil movilización del feto.
2. Amortigua contra posibles golpes o lesiones.
3. Mantiene una temperatura uniforme y adecuada.
4. Nos brinda información sobre el bienestar y madurez fetal.
5. Ejerce un rol importante en el trabajo del parto.
Durante las primeras semanas de embarazo ya comienza a formarse el líquido amniótico, el cual es incoloro, aumenta rápidamente de volumen y alrededor de las 12 semanas de gestación alcanza los 50 ml; a la mitad del embarazo es de 500 ml y llega a alcanzar un litro.
Al acercarse el término no es de extrañar que comience a disminuir, razón por la que ha de ser vigilado de forma rutinaria. La cantidad de líquido amniótico se evalúa mediante una técnica que consiste en dividir el abdomen materno en cuatro tomando como puntos de referencia la línea alba y el ombligo materno y asignarle una puntuación.
TEN EN CUENTA:
• Cuando la cantidad de líquido amniótico es menor de lo normal se denomina oligohidramnios, y puede producirse por una producción de orina disminuida o una rotura prematura de membranas.
• El polihidramnios se define como un excesivo volumen de líquido amniótico, que suele afectar a menos de un 1 % de los embarazos. Se desconoce la causa última de la mayor producción de líquido, pero hay situaciones en las que es más frecuente: gestaciones múltiples, diabetes…
Al igual que el volumen, la composición del líquido varia a lo largo de la gestación: durante la primera mitad es muy similar al plasma materno, para luego aumentar las células provenientes del feto.