Los abrazos diarios en los niños son de gran importancia para su desarrollo físico y emocional. El abrazo es un contacto físico que brinda calidez, refugio, contención y amor a un ser querido, o a cualquier persona en un momento dado.
Es algo que nos hace sentir bien cuando estamos tristes o eso decepcionados, y puede aliviar gran parte del dolor.
También es una manera de compartir la felicidad y alegría dando un gran abrazo de oso a los demás. Por lo tanto, los abrazos de todas maneras son siempre bienvenidos. Los disfrutamos mucho al darlos y al recibirlos sin importar si somos adultos o niños.
Estudios al respecto
Nuevos estudios realizados por expertos encuentran que los abrazos funcionan de maravilla cuando se trata de niños. Según el estudio, cuanto más abrazas a los niños, más se desarrolla su cerebro. Entonces, esta es la oportunidad de contribuir al desarrollo general de tus hijos.
Pero tengamos en cuenta que los abrazos significan mucho más que una expresión de afecto. Existen muchos beneficios para la salud de los abrazos que vale la pena explorar.
Beneficios de los abrazos en los niños
Gran impacto en el desarrollo del cerebro
¿Sabías que los abrazos pueden afectar positivamente el desarrollo cerebral de tu bebé? El contacto físico y amoroso como los abrazos, estimula un cerebro joven y le brinda el entorno enriquecedor que necesita para crecer de manera saludable.
Algunos estudios también muestran que los niños que crecieron en un ambiente amoroso (con muchos abrazos) tienden a tener un hipocampo más grande. Esta es la parte del cerebro responsable del aprendizaje, la memoria y la respuesta al estrés.
Estimula el sistema inmunológico
Puede ser una sorpresa para muchos, ¡pero también se ha observado que los abrazos fortalecen el sistema inmunológico en proceso de maduración del bebé!
El toque físico que se da al abrazar aumenta los niveles de oxitocina que ayuda a combatir infecciones y enfermedades.
Los vuelve más inteligentes
A medida que sus cerebros crecen y se desarrollan, los niños necesitan una gran cantidad de estimulación sensorial.
Varios estudios muestran que niños que viven en orfanatos donde raras veces los abrazaban tienen severos déficits cognitivos. Sin embargo, cuando lo hacían a diario por sólo 20 minutos durante 10 semanas, sus puntajes eran mayores en evaluaciones de desarrollo cognitivo.
Ayuda a manejar el estrés y las rabietas
Los abrazos no sólo son buenos para el desarrollo cognitivo y el crecimiento físico, sino que también ayudan al crecimiento emocional.
Abrazar a los niños en momentos de arrebatos emocionales intensos los calmará, les enseñará que estás ahí para apoyarlos durante tiempos difíciles, y los ayudará a evitar una crisis afectiva.
Le ayuda a sentirse seguros
A medida que los niños comienzan a aprender cómo funcionan las cosas, necesitan los gestos amorosos y cálidos de sus padres para sentirse seguros emocionalmente y tener la seguridad de que son aceptados en la familia.
El toque cariñoso de un abrazo ayuda a establecer la confianza y les brinda sensación de seguridad. Además, les permite disfrutar de todo lo nuevo que van descubriendo del mundo que los rodea sin preocupaciones, sintiéndose muy seguros.
Abrazar, también conduce a una apertura para aprender cosas nuevas y promover una comunicación abierta y honesta entre padres e hijos.
Promueve su autoestima
Los abrazos que les damos a nuestros niños desde el primer día ayudan a asegurarles que son amados y desarrollan un sentido de confianza en sí mismos y una mentalidad positiva en ellos.
Estas asociaciones de autoestima permanecen con ellos desde la infancia hasta la edad adulta, es posible aumentar su confianza con un simple abrazo.
También desarrolla su capacidad para amarse a sí mismos por quienes son, para eso es fundamental que se sientan amados y aceptados.
Les enseña a desarrollar la empatía
Ese contacto entre padres e hijos mediante los abrazos permite a las dos partes estar completamente presentes en el momento y conectarse.
Con este intercambio de energía mediante los abrazos, le enseñas a tu hijo el valor de la empatía a medida que desarrolla una comprensión de cómo podrías sentirte tú en ese momento.
Además, abrazar también le enseña que el amor es un acto de dar y recibir. Que puede mostrar su amor a los demás dándoles abrazos a cambio.
En resumen, un abrazo es una lección poderosa en sí misma para mostrar a los hijos lo que significa amar y ser amado.
Esa enseñanza quedará para toda la vida y lo hará mejor persona, empática, demostrativa y amorosa. El amor siempre es sanador, recordémoslo.
Fotos: Pixabay y Pexels.
