Cereales integrales
Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía, sobre todo cuando hablamos del arroz, la pasta, el pan y la patata, y mejor si son integrales porque llevan fibra. En cambio hay que moderar el consumo de dulces, pasteles y bollería industrial y las bebidas refrescantes.
Una ensalada al día
Las verduras y las hortalizas aportan agua, vitaminas, minerales y fibra. Durante el embarazo están aumentadas las necesidades de todas las vitaminas hidrosolubles y también la vitamina A y D. Por eso hay que comer cada día 2 platos de este grupo de alimentos, de los cuales conviene que al menos 1 sea en forma cruda para aprovechar mejor las vitaminas.
El ácido fólico es una vitamina muy importante durante el embarazo porque participa en la síntesis de ADN, la división celular y el desarrollo del sistema nervioso del feto. Niveles insuficientes de ácido fólico pueden dar defectos en el tubo neural, espina bífida, retraso mental e incontinencia. Se encuentra en las verduras de hoja verde, la soja y los frutos secos, pero es tan importante y aumenta tanto sus requerimientos que suele darse en forma de suplemento.
Fuente: zona diet