Odio a los padres y publicistas que usan a bebes en publicidad.
Los niños, que es lo más hermos, grande e importante que tenemos, deberían de estar excluidos de toda esta parafernalia comercial. No a los bebes en anuncios denigrantes y faltos de sensibilidad.
Seguro que le pueden dar al coco y sin emplear a los más pequeños conseguir una excelente publicidad e igual de efectiva.
Muchos niños sufren durante el rodaje de estos anuncios y parece que ni a padres ni a publicistas les importe. No a los bebes en la publicidad.