Continuamos analizando como va desarrollandose la relación entre la mamá y su bebé, a medida que va creciendo.
La primera persona en la que piensas por la mañana y antes de acostarte es tu hijo (y también mientras sueñas). A esta edad eres su principal fuente de confort y seguridad. Las investigaciones han demostrado que, como madre, estás
biológicamente programada para distinguir el llanto de tu bebé, de modo que podrías encontrarle en una habitación llena de bebés llorando. Estás aprendiendo nuevas habilidades, acostumbrándote a diferentes formas de cuidar de él.
Para tu bebé, no hay nadie en el mundo como tú. Hacia los seis meses tu pequeño comienza a darse cuenta de que es una persona distinta a ti y puede entrar en una fase de ansiedad en la que llora cada vez que te vas de su habitación, pensando que desaparecerás para siempre. Pero alrededor de los ocho meses ya desarrollará el sentido de la permanencia de los objetos, de modo que sabrás que sigues existiendo aunque no estés ahí en ese momento.
Cuanto tu bebé cumpla los 10 meses su carácter estará desarrollado y te sentirás muy orgullosa al ver sus progresos. Es una pequeña cosita social y le encanta tener gente a su alrededor, pero no te preocupes, porque sigue teniendo una parcela grande en su corazón reservada sólo para ti. Su balbuceo comienza a ser desesperante, pero pronto dirá sus de primeras palabras y, cuando lo haga, ¡te vendrán ganas de gritar a los cuatro vientos que tu bebé ha dicho mamá!