La candidiasis es una infección que es causada por un hongo que pertenece a la familia de las Cándida. Se trata de una infección que es muy habitual entre las mujeres. De hecho, según Antonia González CEO de Psicofertilidad Natural, tres de cada cuatro mujeres en algún momento de su vida han padecido esta infección.
La Cándida es un hongo que forma parte de la microbiota humana, por lo tanto no es un microorganismo patógeno per se. El problema aparece cuando este hongo crece sin control. Esta infección puede ser algo puntual o bien repetirse continuamente. Cuando esto ocurre, es señal de que algo no va bien. Lo más importante, es que cuando hace acto de presencia, sepamos como combatirla.
¿Cuáles son los síntomas?
- Puede provocar ardor en la vagina, sobre todo al orinar o al mantener relaciones sexuales.
- La zona externa de los genitales femeninos se pueden inflamar, enrojecer e incluso desarrollar un sarpullido.
- Suele provocar bastante picor e irritación de manera local, tanto en la zona externa, la vulva, como en la zona interna, la vagina.
- También puede producir secreciones vaginales, desde una secreción acuosa, hasta una secreción blanca y espesa, de una forma muy característica, muy parecida al yogur.
- Normalmente la Cándida no produce olor, en el caso de tenerlo habría que plantear si hay además otro tipo de infección.
- Y por todo lo dicho anteriormente, la candidiasis puede provocar dolores y molestias vaginales.
¿Qué otras causas se pueden encontrar para que la Cándida crezca sin control?
La más habitual es que sufra candidiasis después de haber tomado antibióticos, ya que esta mediación mata la flora patógena, pero también la ‘buena’, por eso es importante que para evitar los desequilibrios de la microbiota, cuando se esté en tratamiento con antibióticos se tomen probióticos, antes, durante y después del tratamiento médico.
Tener un sistema inmune deprimido. Por ejemplo, las personas que tienen VIH tienen mucha más facilidad de sufrir candidiasis debido a que el propio virus debilita al sistema inmune. Y pasa lo mismo en personas con diabetes o cáncer. Pero además, se ha visto que las personas obesas tienen más facilidad para desarrollar esta infección.
El cambio del PH en la vagina también es una causa de cándidas localizadas. El PH debe ser ácido y si empieza a volverse un poco más básico esto ayuda a que los microorganismos pueden crecer sin problema.
Otro factor a tener en cuenta en la candidiasis son los cambios hormonales en la vida de una mujer, como por ejemplo, el embarazo, o la menopausia o incluso, la toma de hormonas sintéticas, tanto anticonceptivos orales como las hormonas que se utilizan para la reproducción asistida.
Y una causa que cada vez se ve más en consulta es la limpieza extrema de la zona genital. Muchas mujeres se realizan limpiezas vaginales, y esto hace que maten su flora vaginal ‘buena’ por lo que ayuda a que se desarrollen más fácilmente todo aquella flora saprófita y patógena.
El tratamiento en el caso de candidiasis ocasionales, que no sean repetitivas, normalmente, es tópico, es decir, se trata con óvulos vaginales antifúngicos o crema en la zona a tratar.
¿Qué se puede hacer?
- No lavarse más de una vez al día. Aunque se sienta la necesidad de hacerlo no es bueno para la flora, ya que se está eliminando y es justo ésta la que ayudará a gestionar la infección y la que ayudará a resolver de una manera más rápida este desagradable momento.
- Usar ropa interior de algodón, se puede cambiar todas las veces que se necesite, pero eliminando las fibras sintéticas, porque éstas aumentan la sudoración y la humedad, nicho perfecto para que la Cándida crezca.
- Intentar utilizar ropa que sea ajustada y dejar de lado los tangas.
- Evitar los alimentos que lleven levaduras y aquellos que alimenten a la Cándida: azúcar, levaduras, dulces, alcohol, procesados, champiñones, vinagre, quesos curados, chocolate, alimentos fermentados, miel, cítricos.
- Que el jabón que se utilice para lavar los genitales sea de PH neutro.
- Hay que tener especial cuidado cuando se tengan relaciones sexuales, se debe limpiar la zona externa de los genitales siempre de adelante hacia atrás.
En el caso de duda, lo más recomendable es acudir a un especialista que haga un estudio y determine cual será el mejor tratamiento para poner orden al problema.