Chistes para niños

Hoy os dejo algunos chistes para niños, perfectos para echar unas risas entre familia. Además no hace falta ser pequeño para tener unas gotas de humor al día. Hoy  me he acordado de algunos chistes y me gustaría compartirlos con todos vosotros.

Si te gusta el humor y buscas algunos chistes para niños, hoy te dejo estos. Hay muchísimos más que me encantaría compartir, pero intentaré dosificarme y dejar unos cuantos ¿os gustan los chistes? ¡Busca un poco de humor familia!

CHISTES

niña riendose

Se encuentran dos amigos …

Oye, Raúl, qué te cuen…. ¿Tienes planes pa´ mañana?
– No, nada

Pues, mira (le dice el amigo) ¿qué te parece si te traes a tu novia y hacemos una barbacoa en mi casa?

– Vale, pero mejor trae tú a la tuya ¡que tiene más chicha!

……

Va uno a comer a un Restaurante nuevo y le dice al camarero….

Disculpe camarero, pero la carne que me ha servido está cruda!
– ¡Señol …. esto sel un lestaulante chino!

– ¡Oh perdón … quelía decil que La calne sigue cluda!

…..

Va el padre de Jaimito muy furioso y le dice:
-¡Mira, niño, como no apruebes las matemáticas esta vez olvídate de mí durante una buena temporada! te lo aviso ¡te quedas sin padre!

Llega el día de las notas y el padre le pregunta: -Hijo, ¿has aprobado las mates?
(a lo que Jaimito responde con guasa….)
-¿Y Ud. quién es y cómo ha entrado en ésta casa?

…..

A Pablo sus papás le han regalado un loro. Era un loro ya mayor, muy bonito. Pero tenía una muy mala costumbre: decía muchas palabrotas. Pablo intentaba corregir esa actitud del loro. Primero con mucha paciencia, con palabras bonitas y con mucha educación… pero el loro ¡no le hacía caso! Le ponía música suave… siempre le trataba con mucho cariño… pero nada: el loro seguía igual.

Un día Pablo se le acabó la paciencia y metió al loro en el congelador. Durante unos minutos escuchó los gritos del loro pero al poco se calló. Pero el niño estaba arrepentido y rápidamente abrió la puerta del congelador.

El loro salió con cara de miedo y le dijo al pequeño: «Siento mucho haberte ofendido con mi palabrotas ¡Perdóname, no diré ninguna más!

Pablo estaba sorprendidísimo por el cambio en la actitud del loro y no sabía muy bien lo que lo había hecho cambiar de esa manera. Cuando el loro continuó y le dijo….» Oye, ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Qué fue lo que hizo el pollo?

 

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