Durante el embarazo hay que proporcionarle al bebé todos los nutrientes necesarios al bebé sin excederse en el peso. A medida que tu embarazo evolucione, tu apetito también au aumentará. El dicho “comer por dos”, en realidad, enfatiza tu responsabilidad de proveerle al bebé en desarrollo la nutrición que necesita. Pero debes tener en mente que la grasa que se acumula en los brazos y en los muslos es muy difícil de bajar después. Si bien una parte sustancial de la misma se eliminará con el amamantamiento, la restante permanece en el cuerpo, ocasionándote algunos kilos de más.
Lo que no puede faltar en una dieta balanceada son los siguientes nutrientes:
PROTEÍNAS.
Son los principales elementos estructurales de las células y tejidos que constituyen los músculos, huesos, tejidos conectivos y muchas de las paredes de sus órganos. Cualquier alimento proteínico animal, incluidos los huevos y la leche, contiene aminoácidos esenciales en una proporción adecuada a nuestras necesidades.
HIDRATOS DE CARBONO Y CALORÍAS
Proveen la mayor parte en la ingesta diaria de la futura mamá. Asegurándose de comer la mejor clase (pan, pastas, arroz) y evitar las calorías inútiles cómo por ejemplo: los caramelos y barras de chocolate, las gaseosas, los bizcochos y masas producidas comercialmente, los cereales endulzados, la fruta en almíbar enlatada, los helados y postres congelados Cómo los hidratos de carbono son absorbidos rápidamente por el estómago, le dan al cuerpo energía instantánea.
VITAMINAS
Abundan en las verduras y las frutas. Para mantener la salud del organismo son necesarios alrededor de 15 vitaminas y éstas, excepto la K y D, sólo se encuentran en los alimentos.
MINERALES
Es importante mantener niveles altos de hierro y de calcio. El primer es primordial para la producción de hemoglobina (la parte de los glóbulos rojos que lleva el oxigeno) y su ingesta debe ser continua durante el embarazo. La mejor forma de ingerir hierro es a través de la carne y los huevos. Con respecto al calcio, su importancia reside en que es el pilar para el desarrollo de los huesos del bebé. Las comidas ricas en este mineral son los lácteos, las verduras de hoja, los productos derivados de la soja y cualquier pescado que contenga espinas.