Vivir un aborto espontáneo, no deseado, supone perder al que sería tu hijo y todos los deseos, ilusiones, expectativas y fantasías que habías creado en torno a él o ella, algo que te conduce inevitablemente a transitar por un proceso de duelo con sentimientos más o menos profundos, y más o menos largos en el tiempo, y con la aparición de un miedo a veces desmedido de quedarte embarazada y que la experiencia se repita.
Debes saber que tu miedo será mayor o menor dependiendo de factores como:
• Tu tolerancia a la frustración.
• Que te hayas enfrentado más veces a una pérdida importante (la muerte de tu padre, madre, abuelos, otro aborto…) o que ésta sea la primera.
• De que éste hubiera sido el primer hijo o que ya tengas otros: cuando tienes más hijos y se produce un aborto sueles tener menos miedo porque ya sabes que puedes ser madre.
• El tiempo que tuviste al feto en tu seno. Abortar a un bebé que has sentido en tu vientre y con el que has establecido una relación emocional importante suele ser más traumático que perder un feto con el que, por tiempo, aún no has podido establecer ese vínculo.
• El apoyo con el que cuentes por parte de tu entorno….pareja, familia, amigos….