Es perfectamente normal que un bebé llore cuando tiene hambre, sed, cansancio, soledad o dolor. El bebé, cuando nace y aún no sabe hablar, se comunica con los adultos mediante el llanto. En bebés y embarazos te enseñamos algunas técnicas que ayudarán que tu hijo se tranquilice.
- El calor materno suele ser suficiente para calmar al bebé. Por ello, cuando llore, colócalo cerca de tu piel para que se sienta seguro.
- La succión proporciona al bebé sensaciones de placer. Por ello, puedes ponerle el chupete, un dedito… o cualquier cosa que puede succionar y que no sea un peligro para él.
- Darle un masaje es algo que siempre le gustará y le relajará. Es probable que con un masaje se relaje y se tranquilice dejando de llorar.
- Si llora después de comer, es probable que haya tragado un poco de aire durante la toma. Recuéstale sobre tu hombro y dale palmaditas en la espalda.
- El llanto puede poner nerviosos a los padres. El bebé puede notar ésto y, por ello, es mejor que otros brazos lo cojan.
- La mochila del tipo canguro es un objeto que gusta mucho a los niños ya que van pegaditos a los papás y, así, se sienten protegidos.
- Salir de paseo les gusta mucho ya que van conociendo todo lo que hay a su alrededor. Además, la mayoría de los niños suelen relajarse mucho y quedarse dormidos.