Cada madre encuentra un modo ideal de compatibilizar el trabajo con la lactancia. Nosotros te proponemos éste, por si te sirve de ayuda:
• Si tu bebé tiene menos de seis meses y quieres alimentarlo exclusivamente con leche materna, procura darle de mamar justo antes de irte y en cuanto llegues a casa (te cogerá el pecho con más ganas si no ha comido en las dos horas anteriores). Para el resto de las tomas deberás dejar reservas de tu leche para que la persona encargada de su cuidado se la dé; tu pediatra te orientará sobre la cantidad de leche de esas tomas.
• Si tu bebé tiene más de seis meses cuando te incorpores a tu puesto de trabajo, quizá no haga falta que te saques leche en él, pues su organismo ya estará preparado para empezar a comer otros alimentos. Así, le darías el pecho cuando estuvieras en casa y dejarías la alimentación complementaria para las tomas en que estás fuera (por ejemplo, puede tomar la fruta o el puré de verduras a media mañana y pecho de merienda).
• Si no puedes extraerte leche en el trabajo y no quieres darle leche artificial, pregúntale al médico si, excepcionalmente, puedes adelantar la alimentación complementaria. Esto sería sólo a partir de los cuatro meses (más o menos cuando se acaba la baja maternal) y estaría recomendado para bebés con antecedentes familiares de alergia, pues precisamente la leche de vaca es el alimento que más alergias causa a esa edad. En ese caso, podría darse algo de fruta, como plátano machacado, u otro nutriente sin gluten, como arroz hervido.