Durante el embarazo, muchas mujeres sufren de hemorroides por la sobrecarga circulatoria que supone el peso del futuro bebé. Generalmente, el problema empeora con el parto y durante el posparto. No hay ningún remedio que elimine del todo las molestias hasta que pasa el tiempo y la circulación se va normalizando.
Pero sí algunos consejos que pueden ayudarte:
– No permanecer mucho tiempo de pie parada.
– Llevar una dieta rica en fibra y líquidos para prevenir el estreñimiento y así evitar los esfuerzos al defecar.
– Se puede aliviar el dolor aplicando en la zona agua tibia (nunca helada) con la ducha o sentada en el bidé dos veces al día.
– Nunca se debe aplicar hielo ni agua fría o helada. Puede irritar y ulcerar la zona, y empeorarla porque contrae el esfínter.
– Después de ir al baño, limpiarse con toallitas húmedas o con una esponja suave con agua y jabón. El papel higiénico puede irritar.
– No usar pomadas sin prescripción médica. Algunas contienen componentes que pueden estar contraindicados en el embarazo. Y en el posparto pueden empeorar la cicatrización de la episiotomía.
– Si el dolor es muy intenso, se puede tomar antiinflamatorios y analgésicos, pero siempre indicados por el obstetra..
– Si aparece sangrado, supuración… o el dolor es incontrolable, seguramente el obstetra la derivará a un especialista.