Las deposiciones de los lactantes varía en función del alimento que tomen. Así, los bebés alimentados con leche materna suelen hacer unas heces amarillentas, con una consistencia pastosa, y acostumbran a evacuar después de todas las tomas.
En cambio, los lactados con biberón presentan unas deposiciones amarillas más pálidas, de consistencia dura y más secas que las anteriores y con una frecuencia de sólo 2-3 veces al día. Este distinto comportamiento puede ser la causa de que a veces se piense que el bebé va estreñido cuando en realidad es una situación normal. No obstante, ante cualquier duda conviene consultar con el pediatra.