Son muchos los temores que se asocian al parto y están tan metidos dentro de los pensamientos generales de casi todas las personas, especialmente las mamás que son considerados normales.
Sugerencias:
- Antes del parto
Informarse. La información es una de las mejores armas contra el miedo. La futura mamá debe conocer a fondo el proceso del parto, saber qué va a suceder, pero no sólo desde el punto de vista fisiológico, sino también físicamente, el lugar donde se va a dar a luz, la manera de proceder de los profesionales, sus protocolos… El diálogo con otras mujeres, una partera o la pareja también ayuda a ahuyentar los miedos. Además, es importante concurrir al curso de psicoprofilaxis, donde no sólo le brindarán todo el asesoramiento necesario, sino que le enseñarán ejercicios de respiración y relajación que la ayudarán a atravesar esta experiencia con éxito.
Prepararse. La mujer que no sabe a qué se enfrenta, se asusta y el miedo crea un desequilibrio que provoca dolor. Por el contrario, prepararse para el parto, saber lo que hay que hacer en cada etapa, tranquiliza, ayuda a tener fe en el proceso y colabora con el organismo para dar a luz. Por eso, los partos posteriores suelen afrontarse con menos temor, salvo que la primera experiencia haya sido traumática.
- Durante el parto
Relajarse. Conviene aplicar cualquier técnica que ayude a desconectarse, como bailar suavemente, escuchar música o llenarse de pensamientos positivos («soy capaz», «voy a tener un parto fácil»…). Darse una ducha tibia, practicar ejercicios relajantes, cambiar de posición y moverse libremente, seguir el instinto, pensar en otra cosa para desfocalizarse de las contracciones… Todo eso ayuda a alejar el dolor de la mente.
Escuchar al cuerpo. El buen transcurso del parto no depende de si la mujer sabe o no dar a luz, o de si encuentra a alguien que la asista. La mujer sabe hacerlo de modo inconsciente, porque su cuerpo está preparado para ello. El problema es que todo esto se desmorona si, como consecuencia del miedo, surge el mecanismo de alerta y huida. Por eso, es importante que la mamá se olvide de las historias que le han contado y confíe en sí misma.