Continuamos enumerándote ciertas complicaciones que se pueden dar en el momento del parto. Estos imprevistos que dificultan el parto suelen ser situaciones excepcionales y tienen solución.
7. EL PARTO NO PROGRESA:
A veces, el trabajo de parto se estanca y el cuello del útero o cérvix no se dilata totalmente. El parto vaginal no es posible y el proceso se finaliza mediante una cesárea.
A priori, es imposible saber cuándo va a ocurrir y en la mayoría de las ocasiones tampoco se llega a averiguar la causa, aunque hay algunos factores de riesgo que pueden influir (desproporción entre la pelvis de la madre y la cabeza del bebé, se induce el parto con el cuello del útero muy cerrado…). No obstante, no tiene por qué repetirse en partos futuros. Es decir, todas las mujeres tienen la capacidad de dilatar el cuello del útero aunque en un parto no lo consigan.
8. DESPRENDIMIENTO DE LA PLACENTA:
Esta grave complicación se produce cuando la placenta, que recibe sangre de la madre y la transfiere al feto, se desprende o se separa del interior del útero antes de la salida del bebé al exterior.
Si el flujo sanguíneo se interrumpe al desprenderse la placenta, la criatura se queda sin oxígeno y puede morir. Y también hay un riesgo para la madre, por la hemorragia que se produce dentro del útero. El desprendimiento puede ser total (el más grave) o parcial. Produce dolor abdominal muy intenso, sangrado genital (aunque no siempre) y alteraciones importantes de la frecuencia cardíaca fetal. El riesgo es mayor si hay hipertensión materna y tabaquismo. Si ocurre, hay que terminar el embarazo rápidamente, y lo más frecuente es que sea mediante una cesárea.