Trabajos realizados en diferentes países demuestran que casi un tercio de los fallecimientos por cáncer de pulmón no eran fumadores, pero vivían con fumadores. A eso se añade que en España, la edad de inicio del consumo de tabaco se sitúa entre los 12 y 15 años, aunque el primer contacto con el cigarrillo se está realizando cada vez a edades más tempranas
Algunos padres fumadores, conscientes y preocupados por la exposición de sus hijos al humo del tabaco en sus hogares, intentan minimizar los riesgos mediante ciertas conductas. Se ha estudiado sobre la efectividad de esas conductas analizando la presencia de un derivado de la nicotina, la cotinina, en la orina de los niños expuestos. Se obtuvo que:
- Fumar dentro de la casa en una habitación cerrada, o en un balcón, jardín o patio con la puerta abierta provocará la presencia de mayores o menores niveles de esa sustancia en la orina de los niños, pero siempre estará presente.
- En aquellos casos en que se fuma fuera de la casa con la puerta cerrada disminuye la exposición, convirtiéndose esta práctica en la más efectiva para disminuir el contacto con el humo del tabaco si no se puede evitar su consumo en el domicilio.
Un problema mayor que debería ser abordado para conseguir que niños correctamente vacunados, bien nutridos y con unos índices sanitarios entre los mejores del mundo, no se encuentren inmersos durante la gestación, infancia y adolescencia en ambientes contaminados con el humo de tabaco y que además, no fumen de mayores.
Consejos anti-tabaco:
1. No fumar en la casa, ni permitir que otros lo hagan.
2. Si los niños conviven con fumadores, éstos deben dejar de serlo, o en su defecto, fumar fuera de la casa.
3. No permitir que niñeras ni otras personas que trabajen en el hogar fumen dentro de casa o cerca de los niños.
4. No permitir fumar en el automóvil. Ensalzar las virtudes de no fumar y destacar sus efectos negativos, como el mal olor en la boca, los dedos amarillos, la ropa apestosa, la respiración corta y la disminución de la capacidad pulmonar.
5. No permitir que los niños manejen o jueguen con los cajetillas, mecheros o cerillas.
6. No acudir a lugares, como bares o restaurantes, que no dispongan de zonas habilitadas para no fumadores.