A partir de ahora, no sólo está en juego tu salud, sino también la de tu hijo.
una dieta equilibrada y nutritiva durante el embarazo es importantísima para ti y tu bebé, ya que influye mucho en la salud que tendrá tu hijo. Si comes bien, aumentarás las probabilidades de dar a luz un bebé sano; además, estudios recientes han demostrado que una dieta sana ahora también significa menos posibilidades de que tu hijo tenga problemas de comportamiento y aprendizaje.
8 consejos básicos para una buena alimentación:
1. Prepárate con tiempo
Si estás intentando quedarte embarazada, vigila tu dieta desde ahora. Evita la ingesta de alcohol y limita la de grasas, toma alimentos ricos en fibra,
mucha fruta y verduras frescas y cereales integrales, como la pasta, el pan y el arroz. Incluye cada día una ración de proteínas, como carne o pescado, y alimentos ricos en calcio. Si no lo habías planeado, y descubres que estás embarazada, no te preocupes: nunca es demasiado tarde para empezar a comer sano.
2. Toma ácido fólico
Es importante que tomes un suplemento de ácido fólico hasta que estés embarazada de 12 semanas, ya que reduce la incidencia de defectos del tubo neural en los bebés. Se encuentra de forma natural en alimentos como el brécol, los espárragos y las naranjas, pero debes tomar suplementos.
3. Controla tu peso
Si reduces el número de calorías que ingieres, también reducirás la ingesta de nutrientes, lo que perjudica a ti y a tu bebé. Lo ideal es engordar entre 10 y 12 kg. Estos kilos se deben al peso del bebé, la placenta, el líquido amniótico, el agua que retienes entre tus tejidos, el volumen sanguíneo y la acumulación de grasas que reservas para, tras el parto, amamantar a tu hijo.
Por lo general, cuando estás embarazada necesitas el mismo número de calorías que cuando no lo estás, excepto en el último trimestre, que necesitarás unas 200 más al día.
Si tienes mucho sobrepeso al principio del embarazo, deberías hablar con tu ginecólogo para que te indique cómo evitar engordar muchos kilos.