La futura mamá tiende a arquear la columna hacia atrás, pero esta posición es perjudicial para la espalda. Siempre insistimos en que hacer gimnasia en la gestación es importante. Pero tanto o más lo es mantener una postura correcta. En las últimas semanas de embarazo es normal que el abdomen pese y se exagere la curva lumbar.
Pero esto no ocurre al principio y, sin embargo, hay mujeres que desde que saben que están embarazadas echan la pancita hacia adelante, lo que puede provocar lesiones en la espalda. Para evitar, hay que aprender a desplazar la pelvis hacia atrás. Se logra contrayendo los músculos abdominales y los glúteos, como si quisiéramos disimular a barriga. Caminar con la panza metida hacia adentro y la espalda recta no perjudica al bebé, sino todo lo contrario.
Hay que practicar ciertas posturas desde el principio del embarazo, ya que el equilibrio se ve alterado a medida que crece la panza.
EJERCICIOS:
De pie: Tratar de subir un pie en un peldaño o un escalón. Así, la cadera y la rodilla están, flexionadas y la columna recta.
Caminado: Para aprender a caminar con la espalda recta es útil ponerse un libro sobre la cabeza y caminar balanceando los brazos y manteniendo el equilibrio.
Espalda recta: Apoyada en una pared, contraer los abdominales y los glúteos, y estirar los brazos para tensar la espalda. Así, la pelvis se desplaza hacia atrás y la curva de la zona lumbar desaparece.
Estiramiento de columna: Para relajar la espalda sentarse en el piso en posición de indio y con la espalda bien recta y estirar el cuello hacia arriba. Mantener las rodillas dobladas.
Curvatura lumbar:
MAL: La embarazada tiende a arquear la zona lumbar para contrarrestar el peso de la panza. El exceso de curvatura lumbar (hiperlordosis) puede producir lumbalgias, ciáticas y contracturas musculares.
BIEN: Se corrige al contraer los abdominales (metemos la pancita) y los glúteos, dejando los hombros y el resto del cuerpo relajado.