Jugar con los bebés es excelente para su desarrollo afectivo y psicomotor, y muy, muy divertido para los padres. A los padres nos encanta tomar al bebé en brazos y hacerlo reír. Y lo hacemos porque sí, para disfrutar de él y compartir su alegría. Pero resulta que, sin saberlo, así ejercitando sus sentidos, su musculatura y su capacidad de concentración. Los especialistas sólo aconsejan una cosa: no forzarlo. Por lo tanto, en cuanto el pequeño de muestras de cansancio….¡a terminar el juego!
CRECER JUGANDO:
1er mes: El papá toma a su hijo en brazos y le habla dulcemente. Lo sitúa a 20 centímetros de su cara e imita sus sonidos guturales. A esta distancia, el bebé puede enfocar y lograr ver las facciones de sus padres.
2do mes: Notar la presión de nuestros dedos sobre la piel contribuye a que reconozca su propia masa corporal (y empieza a sentir el cuerpo). También le gusta que toquemos suavemente sus piecitos, sus manitas…..
3er mes: Otro ejercicio que lo ayudará a comprender su cuerpo: mamá sopla por una pajita y una suave brisa acaricia centímetros a centímetro su cuerpo.
4to mes: Metemos una de sus manos en un soquete de colores (también podemos coser un cascabel en la punta) para que lo observe.
5to mes: Mamá lo sujeta por la panza, manteniendo sus piernas en alto. Una parte del peso del bebé recae sobre sus manitas. Esto lo prepara para el gateo.
6to mes: La prensión ya está suficientemente desarrollada. Si le ofrecemos muñecos blanditos y de diferentes texturas, se los pasará de una mano a otra.