Hacia los 2 ó 3 años, muchos chicos pasan por una fase así y lo recomendable es centrarse exclusivamente en el contenido de los que dicen, e ignorar por completo cómo lo dicen. Es importante tener paciencia y brindarle mucho cariño. Es decir, no corregirlo ni decirle “tranquilo” ni nada que haga mención a sus tropiezos, nunca burlarse, ni imitarlo, ni permitir que nadie lo haga, eso empeorará las cosas.
Es importante hacer como si no existiesen. Los padres deben dirigir el ciento por ciento de su atención a lo que el chiquito está tratando de comunicar, y conversar normalmente con él. Sólo si esas alteraciones se mantienen después de unos cuantos meses, convendría plantearse la consulta con una fonoaudióloga. Ten presente que quizá el chiquito esté pasando por una situación familiar difícil, que lo tiene alterado, que no logra asimilar del todo, y no lo sabe expresar del todo.