Aproximadamente uno de cada tres partos deben inducirse, esto debería llevarse a cabo cuando:
–Lo dilatación es débil o errática, o se ha detenida
–El bienestar fetal esté en problemas y lo bastante maduro como para poder sobrevivir fuera del útero.
–La placenta ya no funciona de forma óptima el medio ambiente uterina ya no es sano.
–Se ha dado una rotura prematura de la fuente.
–El embarazo se ha prolongados una o dos semanas más.
–la madre es diabética y la placenta se está deteriorando prematuramente o cuando se teme que el bebé será muy grande (sólo si ya es la fecha en que nazca).
–La madre padece una preeclampsia que no puede ser controlada.
–La madre padece una enfermedad crónica o aguda que amenace su bienestar o el de su bebé.
–El feto padece uno enfermedad grave por incompatibilidad de Rh.