No es necesario hamacarlos demasiado para que los bebés se duerman. Pero siempre el movimiento los calma, los deja tranquilos. Utiliza el movimiento frecuente intensamente para inducir el descanso en los primeros meses podría provocar, posteriormente, una alteración denominada ritmias del sueño (niños, ya mayorcitos, que necesitan mecerse para dormirse o para pasar de una fase del sueño a otra).
En todo caso, el hamacarlo podría emplearse en algún otro momento del día
para apaciguar al pequeño (como hacían nuestras abuelas con la mecedora), pero lo ideal es quien cuando llegue el momento de dormir, el bebé se quede acostado en su cuna, tranquilo, pero despierto, para que aprenda a dormirse solo.