Ninguna mujer nació con los conocimientos necesarios para ser madre. Relacionarse con un hijo desde que está dentro del vientre, es un largo proceso, en el que dos vidas se encuentran por primera vez. Así, después del nacimiento, ese niño crecerá durante los primeros años, en un vínculo de dependencia absoluta con su madre.
Y por supuesto su nutrición dependerá 100% de ella. Para quién recién comienza a transitar este camino, es normal que surjan dudas al momento de alimentar al bebé. Estas son algunas de las preguntas más comunes que pueden surgir en ese contacto:
• ¿Cuál es la forma de saber si el bebé recibe suficiente leche?
Durante los cinco primeros días de lactancia, el bebé recibirá el líquido llamado “calostro” que es lo que segrega la mujer en ese período. Por lo tanto es normal que moje 2 pañales por día. Pasado este tiempo mojará de 5 a 6 pañales diarios que pueden contener de dos a cinco deposiciones. Esto deberá ocurrir durante las primeras semanas de vida. Regla básica que hay que tener presente: “debe salir lo mismo que entra”.
• ¿Cuántas veces al día se debe amamantar?
Un bebé sano, nacido a término, necesita alimentarse cada 2 o 3 horas, lo que significa que puede llegar a ser de 8 a 12 tomas diarias. Es vital que el lactante no este más de 3 horas sin alimentarse para que no se deshidrate, y porque cuanto más ejercita la madre sus pechos, mejor será el amamantamiento y la calidad de su leche.
• ¿Es necesario armarle una rutina de alimentación al bebé?
Así como cada adulto tiene sus preferencias, con los bebés sucede lo mismo. Algunos se adaptan a tener un horario regular, y otros prefieren alimentarse en forma más espaciosa. Por eso, es preciso que la madre sea observadora y vaya descubriendo la personalidad de su hijo, lo que le gusta y lo que no. No es cuestión de hacer de la lactancia, una “actividad cronometrada” sino de saber responder a las demandas del niño.