Hay multitud de dudas y falsas creencias entorno a un tema tan importante para la mamá y el bebé como es la leche materna. Por eso creo que es un tema que debemos de conocer más profundamente. He podido leer una serie de falsos mitos sobre la lactancia que creo que pueden ser de mucha utilidad:
– Si la mamá no sigue una dieta equilibrada la leche se empobrece. Falso, esto sólo podría suceder, en caso de mujeres mal alimentadas.
– La mamá que da el pecho podría tomar distintos fármacos, aunque siempre se debe contar con la autorización del médico. Verdadero, y es que la mayor parte de los medicamentos llegan a la leche materna en pequeñísimas cantidades, absolutamente inocuas para el niño.
– La mamá que da el pecho no pueda realizar ninguna actividad física o llevar a cabo una dieta para recuperar el peso que tenía antes del embarazo. Falso, después de practicar ejercicio, puede pasar un poco de ácido láctico a la leche, pero en cantidades tan reducidas que no perjudican al niño. Además, se ha demostrado que el deporte practicado regularmente hace aumentar ligeramente la cantidad de leche.
– La mamá que tenga dificultades para dar el pecho durante los primeros días, tendrá pocas probabilidades de seguir amamantando a su bebé. Falso, lo importante es insistir: cuanto más se ponga al niño al pecho, mayor es el estímulo y, por tanto, la producción.
– La menstruación requiera abandonar la lactancia materna. Falso, desde un punto de vista nutritivo, la leche siempre es buena; en cuanto al sabor, puede cambiar y agradar más o menos al niño.
– La mamá que ha dado a luz a través de una cesárea puede dar el pecho regularmente a su hijo. Verdadero, la cesárea no interfiere en la subida de la leche que, como máximo, se puede alargar 12-24 horas.
– Si se espera un hijo se deba renunciar a dar el pecho. Falso, la lactancia materna no compromete en absoluto la salud del recién nacido, ni puede inducir un aborto o un parto prematuro.