A.- Las varices: ocasionalmente, la dilatación de las venas y el aspecto varicoso que presentan las piernas durante la gestación, desaparecen tras el parto. Pero, lo normal es que permanezcan tras el alumbramiento; sobre todo, las pequeñas venitas vasculares.
Se pueden paliar las molestias aplicando cremas frías específicas para el cansancio de piernas.
B.- Las estrías: tras el parto, pueden aparecer estrías en el abdomen y el pecho. Éstas no son más que pequeñas cicatrices que se han originado en la piel, por haberse distendido mucho en muy poco tiempo.
C.- Más cintura: las mujeres que han sido madres, suelen tener más problemas para volver a lucir la anterior «cinturita de avispa». Esto es debido a que en la parte alta del abdomen se almacena y acumula una notable cantidad de grasa para asegurar la producción de la leche.
D.- Una mente renovada: tras el alumbramiento, la mujer ya no vuelve a ser la misma. En estos momentos la prioridad principal es el bebé.
Resulta sorprendente que un ser tan pequeñito, llegue a cambiar y modificar la mentalidad de la madre a la que ahora la toca asumir un papel secundario en su vida familiar. Y lo mejor de todo es que, es un cambio para siempre que se asume con mucho placer.