El modo en que el niño viva su propio cuerpo es decisivo para la formación de su personalidad. No debemos olvidar que la actividad física es muy importante para contribuir al desarrollo integral del niño.
Mediante la acción, logra adquirir experiencias que aseguran su desarrollo evolutivo. La movilidad es su cualidad primordial y le ofrece infinitas posibilidades y más aún en los primeros años de vida, donde éste experimenta activamente con su cuerpo y con el mundo que lo rodea asimilando el medio exterior mediante su propia actividad.
La información que el niño recibe a nivel intelectual no siempre coincide con lo que él siente o conoce de su cuerpo a través de sus propias vivencias. Así como el niño estructura el pasado y el futuro a partir del presente, es con y a través del cuerpo como estructura su mundo y su modo de ser en el mundo.
Ahora, con la llegada del calorcito es un buen momento para que padres e hijos compartan y dediquen un poco de su tiempo a realizar actividad física juntos. No para formar grandes atletas pero si mentes sanas, cuerpos ágiles y fuertes.
BENEFICIOS:
1. En lo biológico: Produce aceleración en las funciones vitales. Esto trae como consecuencia una sucesión de beneficios en el organismo; mejor oxigenación en los pulmones, correcta respiración y buena circulación.
De este modo se eliminan las toxinas, se nutren mejor los músculos y todo el organismo se fortifica adquiriendo salud, vigor y resistencia.
2. En lo neuromuscular: Contribuye a perfeccionar el ritmo y la coordinación motriz.
3. En lo estético: Asegura agilidad, elegancia y soltura de movimientos.
4. En lo físico: El trabajo basado en actividades simples como: correr, saltar, trepar, deslizarse, desarrolla y fortifica la musculatura previniendo deformaciones futuras; asegura fuerza y flexibilidad, procura una postura correcta y el desarrollo armónico del cuerpo.