HEPATITIS: Las más graves durante el embarazo son las hepatitis B y C, que se transmiten por la sangre y el contacto sexual. Muchos bebés de las mujeres infectadas por este virus se contagian en el parto y se convierte en portadores crónicos de esta enfermedad. Ya se suele realizar prueba de la hepatitis en el primer análisis de sangre que el ginecólogo solicita a la embarazada para, en caso de haberla contraído, tomar las medidas necesarias.
SIDA: Supone una grave amenaza tanto para la madre como para su hijo. Es aconsejable realizar la prueba para detectar el virus VIH. Es cada vez más habitual que el ginecólogo pida esta prueba a la mujer embarazada en su primera visita aunque ni ésta ni su pareja pertenezcan a un grupo de riesgo.
RUBÉOLA O VARICELA: Pueden resultar muy perjudiciales para el feto y ocasionarle graves malformaciones. También pueden aumentar el riesgo de aborto y provocar partos prematuros. Si ya las has pasado o has sido vacunada, el riesgo de que las contraigas y de que afecten a tu bebé es inexistente. Si no es así y contraes la infección durante el embarazo, en ocasiones existen tratamientos para evitar que tu hijo enferme, pero lo mejor es vacunarse frente a estas enfermedades antes de un embarazo si es posible.
TOXOPLASMOSIS: Ocasionada por un parásito que se puede contraer en las heces de los gatos, en la tierra de las plantas y en la carne cruda o poco cocida. El parásito puede provocar un daño cerebral al bebé en desarrollo si te infectas durante el embarazo. El riesgo de transmisión es mayor en el último trimestre del embarazo, pero es más grave en los tres primeros meses.
Si una vez embarazada no tienes más remedio que convivir a diario con mascotas, simplemente debes seguir una serie de recomendaciones. Evita limpiar sus heces o, al menos utiliza guantes. Lo mismo si realizas labores de jardinería. Es mejor que alimentes a tu gato o perro con carne enlatada. Es muy importante lavarse las manos muy bien después del contacto con tierra, gatos, carne cruda y verduras frescas. Y en cuanto a tu alimentación evita comer carne cruda, poco cocida o embutidos y asegúrate de que la verdura fresca este muy bien lavada.