Primera parte. Enumeramos una serie de consejos e ideas, para que de a poco le enseñes a dormir. Es importante crearle y enseñarle a tener una rutina de sueño.
1. El lugar apropiado.
Al principio, lo mejor es que tu hijo duerma cerca de ti. Es lo mejor teniendo en cuenta que deberás alimentarle cada dos o tres horas. Además, estarás menos preocupada, sobre todo durante las primeras semanas. Entre las opciones, están:
Un moisés. Lo puedes trasladar fácilmente por la casa y tener cerca de ti al bebé durante el día. Por la noche, puedes colocarlo cerca de tu cama. Ten presente que a los tres meses se queda pequeño.
Una cuna. Aunque parece grande para un recién nacido, pronto crecerá y necesitará espacio. Algunas cunas sirven hasta que el niño cumple los dos años.
Tu propia cama. Si estás amamantando a tu hijo, te resultará comodísimo y tu pareja se beneficiará del contacto físico con el bebé. Los estudios han demostrado que los bebés que duermen con sus padres reguían mejor su respiración y temperatura corporal. Pero debes siempre tener en cuenta ciertas precauciones.
Ropa de cama:
• Un colchón firme que se adapte a la cuna o moisés.
• Tres o cuatro juegos de sábanas de algodón.
• Dos o tres mantas de algodón.
2. Cuidados si le acuestas contigo
Si tienes pensado que el bebé duerma contigo es muy importante que, por su seguridad, pongas una manta ligera para él en vez de arroparle con la vuestra, y asegúrate de que vuestra almohada o cojines no le tapan la cabeza. CUIDADO: No acuestes al niño en tu cama sí tú o tu pareja fumáis, habéis bebido, tomáis medicamentos o estáis cansados.
3. Sueño seguro:
SÍ
• Túmbale de espaldas o de lado, con los pies tocando el extremo del moisés para que no se deslice.
• Tápale con su sábana hasta los hombros.
NO
• Nunca uses almohada, cojín, edredón o mantas de pelo.
• No debes arropar al bebé con una manta eléctrica ni meter en su cuna una bolsa de agua caliente.
• Aleja la cuna del radiador o chimenea.
• En su dormitorio está prohibido fumar.