La dieta es uno de los factores que, desde el primer día de vida, determinara de los niños. Es fundamental saber qué y cómo deben ingerir los diversos nutrientes.
Seguir un menú sano y equilibrado es, sin duda, una de las mejores maneras de cuidar la salud. Este dicho tan repetido y escuchado puede parecerte una obviedad, pero quizá no sepas que los hábitos de una correcta alimentación se van adoptando desde el primer día de vida. Por eso, es fundamental que los conozcas y empieces a inculcárselos a tus hijos desde la más temprana edad. En este sentido, predicar con el ejemplo se convierte en la lección más útil que puedas darles.
La falta de tiempo para comprar y cocinar y la consecuente tendencia a abusar de los platos precocinados no resulta buena para nadie, pero mucho menos para los niños, que están en pleno periodo de formación y crecimiento. Así, debes pensar en ellos y dedicar cada día un rato a los fogones. No es necesario complicarse la vida con platos muy elaborados, simplemente trata de hacer recetas que incluyan productos frescos y naturales.
TRES ETAPAS PARA APRENDER A COMER
Los primeros años, y en especial cuando empiece a ir al colegio, requieren una mayor atención, ya que tu hijo pasará más tiempo fuera de casa y te resultará complicado supervisar lo que come cada día. Además, sus necesidades variarán a medida que vaya creciendo. Por ello, es necesario que estés atenta, ya que una mala nutrición puede ser el origen de problemas en el aprendizaje, falta de atención, dificultades para afrontar las diversas actividades que practica, y desórdenes alimentarios como la bulimia o la anorexia.