Tal y como señalan los expertos del FROM, los niños tienen la tendencia a rechazar el pescado en las comidas. Pero éste, no es un rechazo uniforme, generalmente aceptan mejor el pescado si se les ofrece en filetes limpios y de poco grosor.
Debido a lo comentado anteriormente, prefieren los lomos y los filetes a las rodajas y, en el caso de éstas, las finas a las más gruesas. Incluso, cuando se les ofrece boquerones pequeños y otros peces similares, los miran con cautela, siendo la espina casi imperceptible.
Otra de la problemática planteada es la monotonía. Y es en este sentido, según el FROM, cuando se hace necesaria diversificar las presentaciones culinarias. No es tarea fácil, pero se pueden ofrecer pescados en forma de «pudding», croquetas, albóndigas o, incluso, podemos optar por acompañarlas con guarniciones de verduras, patatas fritas o salsas ligeras y atrayentes.
Otra idea es utilizar el pescado como un elemento complementario de platos más elaborados como es el caso de la paella, pastas, ensaladas con atún o gambas, tortillas, huevos rellenos de pescado picado o desmenuzado, pimientos rellenos de merluza o bacalao, besamel con gambas o mejillones, y así, un largo etcétera.