Una adecuada alimentación durante el embarazo, que limite el consumo de comida altamente alergénica, puede marcar la diferencia y evitar predisponer al niño a ser alérgico a diversos agentes. Una mujer embarazada con alergia puede llevar a cabo su proceso de gestación sin ningún tipo de riesgo siempre y cuando siga las indicaciones de un alergólogo. Muchas embarazadas suelen empeorar si se quedan embarazadas y no son tratadas, lo que puede acarrear riesgo.
Todo lo que coma la mamá, todo lo que sienta y los medicamentos que ingiera pueden sensibilizar al bebé. En los niños, los alimentos que causan alergia más frecuentemente son el huevo, la leche y el pescado. En los niños mayores y en los adultos, las alergias más comunes son producidas por frutas, frutos secos y mariscos. Muchos bebés pueden «heredar» de su mamá la alergia que ella tiene. El tratamiento de la alergia alimentaria es la eliminación del alimento responsable de la dieta. Algunos alimentos son difíciles de evitar porque pueden estar presentes en múltiples platos.
Lo ideal es que la mujer embarazada, sobre todo si se conoce alérgica o en su familia existen estos antecedentes, limite la ingesta de alimentos con componente alergénico. De esta manera podrá evitar que pueda afectar al feto.