Uno de los aspectos fundamentales para que el niño se convierta en una persona sociable y autónoma y tolerante es el modo en que haya podido
asumir una cierta disciplina y una serie de límites y normas. Para un niño tener puntos de referencia claros sobre lo que debe o no debe haceres tan vital como alimentarse. Las normas le ayudan a entender e integrar el mundo en el que vive. Además, le ayuda a sentirse seguros. Un sistema de normas estable le ayuda a saber predecir las consecuencias de su propia conducta. Le ofrece la seguridad de saber a qué atenerse en todo momento.
asumir una cierta disciplina y una serie de límites y normas. Para un niño tener puntos de referencia claros sobre lo que debe o no debe haceres tan vital como alimentarse. Las normas le ayudan a entender e integrar el mundo en el que vive. Además, le ayuda a sentirse seguros. Un sistema de normas estable le ayuda a saber predecir las consecuencias de su propia conducta. Le ofrece la seguridad de saber a qué atenerse en todo momento.
La disciplina es importante para todos los niños ya que podemos considerarla como base de la educación, sin embargo nos preguntamos como hacerlo, quién es el mayor responsable en enseñarla y ponerla en práctica. Muchos padres suelen opinar que los maestros son los que deben imponer las bases de la disciplina y llevarlas a cabo en el aula. Por el contrario, los maestros afirman que deben ser los padres. Poner límites claros y razonables es una de las tareas para que los niños/as no se conviertan en pequeños/as “tiranos/as” y aprendan a convivir con los demás.
Las familias deben poner las normas que consideren justas, exigir que se cumplan, actuar con seguridad y firmeza, desde el conocimient o de los niños/as y el cariño que tienen a sus hijos e hijas, sabiendo que son el modelo a imitar.