La imagen de un bebé durmiendo boca arriba y con los brazos y piernas abiertos y relajados nos proporciona una agradable sensación de paz, tranquilidad y ternura. Esta postura, recomendada desde hace algunos años por los pediatras de todo el mundo, ha salvado la vida de muchos niños. Hasta que se descubrió que dormir boca abajo podría ser un factor más en provocar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, era muy habitual acostar al niño sobre su tripita, ya que se creía que de esta manera expulsaba mejor los gases y, si vomitaba, se evitaba su asfixia. Cuando se comprobó que, por el contrario, eso no hacía más que aumentar el riesgo de asfixia, se recomendó cambiar la posición, al menos durante el descanso del bebé.
En las primeras seis semanas de vida, es ideal tener otra posición alternativa: el decúbito lateral. Existen en el mercado los rulos antivuelco, un buen regalo para hacer a un recién nacido. Estos se colocan en la espalda del bebé, evitando así que se gire él solo hacia el decúbito supino (boca arriba).
- A partir de los cinco o seis meses, si además el bebé ya está habituado, tendrá mucha mejor disposición para estar boca abajo bastante más tiempo. Ya tiene la habilidad necesaria para jugar en esta postura, darse la vuelta e incluso apoyarse con las manos para soportar su propio peso, un ejercicio que posteriormente le facilitará la habilidad de abrir y estirar los músculos de las manitas para poder coger y agarrar objetos. Estar con la barriguita sobre el colchón, además de prevenir la deformación de la cabeza, es sumamente beneficioso para el desarrollo del bebé. Colocarle boca abajo algunos ratos al día le ayudará a conseguir una buena extensión de la columna. Además, podrá adquirir progresivamente el tono muscular necesario para, primero, sujetar la cabeza y, posteriormente, lograr desarrollar otras destrezas como darse la vuelta o gatear.
- Gracias a este ejercicio continuado, a medida que vaya creciendo, el pequeño adquirirá mucha más fortaleza y coordinación en los músculos de la parte superior del cuerpo.
- Además, desde el punto de vista sensorial, esta posición le proporciona una perspectiva diferente y completamente nueva de todo lo que le rodea. Eso sí, tiene que estar despierto y vigilado constantemente. Y otra cosa a tener en cuenta: es mejor ponerle boca abajo preferentemente antes de la toma, en especial durante los primeros meses de vida, en los que el esfuerzo que debe realizar para sostener la cabecita puede provocarle el vómito.
En el caso de que el bebé tuviera plagiocefalia, deberemos colocarlo en la cuna según las directrices del médico rehabilitador, ya que esta deformación se produce en la cabeza del bebé por una posición intrauterina prolongada. Igualmente, deberemos seguir las recomendaciones del médico rehabilitador a la hora de dormir al bebé, si éste tuviera tortícolis congénito.