Es realmente raro que tengas que hacerlo, pero, si llegara el caso, te conviene estar informada y preparada.
PASOS A SEGUIR:
1. Llama a urgencias, o pedir a alguien que sepa lo haga. Nunca dejes al niño solo hasta realizar una reanimación cardiopulmonar ni un solo minuto.
2. Abrir las vías respiratorias. Levantar la barbilla del bebé con una mano y con la otra empujar la frente hacia abajo.
3. Observar si se mueve el pecho. Sentir con la mejilla si hay respiración.
4. Si el niño no respira:
•Cubrir la boca y nariz del bebé con la boca. Alternar cubriendo sólo la nariz mientras se cierra la boca del niño.
•Con la barbilla levantada y la cabeza inclinada, dar dos respiraciones lentas.
5. Si el pecho no se levanta, repetir y revisar si algo bloquea la vía respiratoria e intentar removerlo.
6. Verificar si hay respiración normal, tos o movimientos. Si estas señales aún están ausentes, iniciar compresiones:
•Poner dos o tres dedos sobre el esternón, debajo de los pezones. No hacer presión al final del esternón.
•Mantener la otra mano en la frente y la cabeza inclinada hacia atrás, y presionar el pecho para que se comprima.
•Dar cinco compresiones de pecho. Permitir siempre que el pecho se levante completamente. Estas compresiones deben ser rápidas y sin pausa.
7. Si el niño comienza a respirar de nuevo, ponerlo derecho, comprobando sus constantes hasta que llegue ayuda.